Este post no lo voy a escribir como "jugador", ni como entrenador de bases, tampoco como director deportivo ni como scout, lo voy a hacer desde la tripa, la entraña y el sentimiento.
Desde pequeño quise jugar en el Caravaca, no es la típica frase a la que se recurre cuando uno firma en un equipo, es una declaración de amor al equipo que has mamado desde que tienes uso de razón. Esto no se puede explicar con palabras, tragas impagos y lo que haga falta, porque el club es lo primero. No denuncias, ni rajas, porque el club es lo más importante.
Recuerdo aquellos entrenamientos dirigidos por Joaquín Pellicer o Joaquín Carreras, esos Vacas, Tomi, Flores, Rubio, Juampe, Santi, Ramón o Rivera. Recuerdo ir con Fari, Castillo, junto a otros amigos a ver la sesión y montar nuestras propias pachangas detrás de la portería de César Gálvez.
Esos fueron los exponentes de mi generación y gracias a ellos vimos al RCD Espanyol "petar" el Villapatos, junto a otras batallas. Gracias a ellos, muchos jóvenes veíamos al Caravaca CF como algo más que un equipo de Tercera División, un espacio de ocio para los caravaqueños, una fiesta para los domingos, un argumento que justifica esa seña de identidad que escasea hoy en día, de no ser por nuestras fiestas, esas que actualmente lo absorben todo.
Las primeras noticias sobre la existencia de un equipo de fútbol en Caravaca de la Cruz datan de 1923. En este año la prensa de la época recogía un enfrentamiento disputado en Cieza entre el Club Deportivo Cieza y el primer equipo de fútbol organizado que existió en Caravaca: el Caravaca Football Club, impulsados por el nuevo campo, el clamor popular y los memorables tiempos de Amberes. Esto señores, se merece un respeto y un respaldo social e institucional, ya que no se trata de once señores vestidos de corto dando patadas a un balón, sino de parte de nuestra cultura, folklore e historia como pueblo.
A pocos días de que se cumpla la fecha tope para inscribir al equipo en 2ªB, nos encontramos al Caravaca CF con un vacío de poder tan grande, como la crisis que amenaza con castigar a decenas de clubes históricos con la terrorífica desaparición. No aparecen responsables que recojan el testigo dejado por Manuel Sánchez, superado emocional y económicamente por la falta de ayudas. No se proponen soluciones, y mientras la pasividad y la pereza mordisquean el escudo, algunos, modesta y humildemente, buscamos proyectos deportivos, que estarían llenos de polvo de no ser un archivo informático.
Hace tres años, diseñe un proyecto como trabajo final en el curso de Director Deportivo que imparte la RFEF en Las Rozas. Escribo sobre él, no por oportunismo, sino porque se trata de una propuesta adaptable a la actual situación económica y que pretende aportar nuevos horizontes y posibilidades. Este proyecto es complicado de sintetizar en pocas líneas, pero se sustenta en la estructura que hemos conseguido consolidar, con trabajo y esfuerzo, por medio de la Selección Comarcal de Fútbol Noroeste y Río Mula.
Este trabajo es exponencial, y no tiene al Caravaca como eje, se trata de un equipo ficticio y basado en el "largoplacismo" y una filosofía que tenga como modelos, el patrón de trabajo de Arsenal y FC Barcelona. Consta de un organigrama dividido en departamentos, inspirado en el Sevilla de Monchi. Creerme, no es tan fantasmagórico como parece.
A pocos días de comunicar la lista de 22 jugadores que formarán parte del combinado juvenil, me brillan los ojos cuando veo el equipazo que hay. Hoy sería un equipo de División de Honor de plenas garantías, y mañana, con trabajo, podría ser un equipo de 2ªB, con un estilo de juego definido y "machacado" desde la base, con hambre, talento y que genere futbolistas de los que podrían obtenerse ingresos por derechos de formación, para su club de origen y para este supuesto club ficticio. Pero ese mañana no existe en este mundo, no hay lugar para proyectos de más de dos años, todo son prisas, ansia y mucha crítica.
No se debe tensar la cuerda, ni es acto de valientes esconderse ante dicha situación. Cada uno desde su cargo debe "apechugar" con sus responsabilidades y ofrecer alternativas o por el contrario las consecuencias serán, con el paso del tiempo dramáticas para este deporte, o que se lo pregunten a nuestros vecinos de Cehegín, que como austeros espartanos, están saliendo poco a poco a flote como un ejemplo de superación y buen hacer en la gestión deportiva.
Pero como digo, este proyecto no existe, es un PowerPoint olvidado en un rincón de mi portátil. Seguro que cada una de las personas que sienten cariño por Caravaca y por su fútbol, tiene su propio archivo, informático o mental. No dejemos que muera en el ostracismo, compartamos, sumemos y saquemos entre todos, el barco de la charca. Pero la pregunta que todos nos hacemos es ¿còmo?.¿qué debemos hacer? ¿a dónde ir?.
PD. Se buscan orientadores
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