Fragmento de la película "Un domingo cualquiera" (1999)
Etimológicamente, el término motivación procede del vocablo latino motus y tenía que ver con aquello que movilizaba al sujeto para ejecutar una actividad. En el lenguaje popular, una persona está motivada cuando emprende algo con ilusión, superando el esfuerzo que deba realizar para obtenerlo. Así, podemos definir la motivación como el proceso psicológico por el cual alguien se plantea un objetivo, emplea los medios adecuados y mantiene la conducta con el fin de conseguir dicha meta (Trechera, 2000).
Imaginemos el caso de tres jóvenes futbolistas que se encuentran entrenando junto a sus compañeros de equipo, acciones de ataque por medio de centros y remates. Alguien que es un observador externo se dirige a ellos y les pregunta '¿Qué hacéis?'
- El primero, casi sin inmutarse, le responde: 'Aquí estoy hechando el rato' (lleva tres semanas sin que el entrenador "le dé bola")
- El segundo, levantando la cabeza y dejando a un lado por un momento su actividad, le comenta: 'Estamos entrenando los centros y los remates a puerta' (suele entrar en los planes del entrenador, pero no está 100% implicado con el proyecto)
- El tercero, orgulloso de su trabajo, afirma: 'Estamos intentando mejorar los centros y remates para que el domingo salga todo redondo en el partido' (cuenta con la confianza del entrenador, es un fijo todas las semanas, y posee ciertas dosis de liderazgo).
¿Qué lectura debemos hacer de cada tipo de reacción?. Pues que lo importante no es sólo responder a una actividad, sino la implicación con la que se pueda llevar a cabo. Es aquí donde entra en juego la motivación, ya que la incorporación y la posterior implicación de los futbolistas dependerá de muchos "intangibles" que van más allá de lo que puede ser utilizado en una relación profesional normal.
La gran mayoría de entrenadores de fútbol basan su trabajo en una metodología de las sesiones de entrenamiento, un perfil de conducta (benevolente, dictatorial, democrático ...) y una forma de proceder, tanto con empleados del club, aficionados, jugadores, prensa ...
La importancia de los resultados, hace que solo pensemos en la victoria, en los tres puntos, y en seguir manteniendo esa línea de trabajo que nos está dando éxito. Pero pocos técnicos trabajan la motivación. Se grita, se sermonea, se dan charlas, se habla individualmente con jugadores, pero no se motiva.
- ¿Como debemos de motivar a un jugador que lleva 3 semanas viendo a sus compañeros desde la grada?
- ¿Como tenemos que motivar a un equipo que lleva 14 jornadas seguidas ganando y saca 12 puntos al segundo clasificado?
- ¿Como motivo a un jugador que va mal en los estudios y ve a sus padres tirándose los cacharros en casa?
No existen fórmulas mágicas, hay que ser detectores humanos, psicoanalistas, todo se basa en el diálogo, el feedback. Debe de haber un esfuerzo en tratar de aprender a como ser un "gestor de mentes". Cada caso es diferente, pero absolutamente todos tienen una solución. Nuestra obligación como instructores y directores de grupos, es la de detectar a tiempo la situación, saber escuchar, mostrar empatía, buscar soluciones dándole confianza al jugador y que de este modo se sienta arropado. Tenemos la misión de ser consejeros, asesores y trabajar incesantemente la motivación. Y una cosa está clara, nuestra actitud debe ser siempre positiva, alegre. Debemos ser un generador de sonrisas, auténticas, nada de falsedades. No hay nada que deteste más un futbolista, que un entrenador falso.
"Se debe motivar en el éxito y en el fracaso. De manera individual y colectiva".
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