lunes, 18 de agosto de 2008

La motivación en el fútbol



Etimológicamente, el término motivación procede del vocablo latino motus y tenía que ver con aquello que movilizaba al sujeto para ejecutar una actividad. En el lenguaje popular, una persona está motivada cuando emprende algo con ilusión, superando el esfuerzo que deba realizar para obtenerlo. Así, podemos definir la motivación como el proceso psicológico por el cual alguien se plantea un objetivo, emplea los medios adecuados y mantiene la conducta con el fin de conseguir dicha meta (Trechera, 2000).

Tres futbolistas están entrenando junto a sus compañeros de equipo acciones de ataque por medio de centros y remates. Alguien que es un observador externo se dirige a ellos y les pregunta '¿qué están ustedes haciendo?'
El primero, casi sin inmutarse, le responde: 'Aquí estoy hechando el rato'
El segundo, levantando la cabeza y dejando a un lado por un momento su actividad, le comenta: 'Estamos entrenando los centros y los remates a puerta'
El tercero, orgulloso de su trabajo, afirma: 'Estamos intentando mejorar los centros y remates para que el domingo salga todo redondo en el partido'
¿Qué podemos comentar de la historia? Lo importante no es sólo responder a una actividad, sino la implicación con la que se pueda llevar a cabo. He aquí donde entra en juego la motivación, ya que la incorporación y la posterior retención de las personas en las organizaciones dependerá de muchos "intangibles" que van más allá de lo que puede ser utilizado en una relación profesional normal: sueldo, reconocimiento, etc.

La gran mayoría de entrenadores de fútbol basan su trabajo en una metodología de las sesiones de entrenamiento, un perfil de conducta (benevolente, dictatorial, democrático ...) y una forma de proceder, tanto con empleados del club, aficionados, jugadores, prensa ...
La importancia de los resultados, hace que solo pensemos en la victoria, en los 3 puntos, y en seguir manteniendo esa línea de trabajo que nos esta dando éxito. Pero pocos técnicos trabajan la motivación. Se grita, se sermonea, se dan charlas, se habla individualmente con jugadores, pero no se motiva.

¿Como debemos de motivar a un jugador que lleva 3 semanas viendo a sus compañeros desde la grada?
¿Como tenemos que motivar a un equipo que lleva 14 jornadas seguidas ganando y saca 12 puntos al segundo clasificado?
¿Como motivo a un jugador que va mal en los estudios y ve a sus padres tirandose los cacharros en casa?

No existen formulas mágicas, todo se basa en el diálogo, en tratar de aprender a como ser un buen psicologo. Cada caso es diferente, pero absolutamente todos tienen una solución. Nuestra obligación como instructores o técnicos es la de detectar a tiempo la situación, buscar soluciones, saber escuchar, darle confianza al jugador y que se sienta arropado. Tenemos la misión de ser consejeros, asesores y trabajar incesantemente la motivación.

Se debe motivar en el éxito y en el fracaso.
De manera individual y colectiva.


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