Ya lo anunciaba hace dos semanas, y absurdo empieza a ser en parte de su contenido, lo que escribí por entonces. Valga como ejemplo, el que magnificaba al San Roque de Lepe, hasta entonces líder del grupo, que caía el pasado fin de semana, por 0-2 contra el Caravaca 2010 CF. En un partido de libro para los de Rivera, tanto por la rentabilidad y efectividad de sus llegadas a meta contraria, como por el inmaculado trabajo defensivo que realizaron todos sus jugadores, frente al que posiblemente tenga el mejor ataque de la liga. Brillante Oscar y despiadado Noel, ambos ejemplifican a los dos extremos de una estructura táctica, que cada día parece más compacta, más trabajada.
El equipo presenta un modelo de juego claro, alternancia entre un fútbol directo, perfilado con automatismos claros para segunda jugada y otro basado en el juego interior con desmarques de apoyo de interiores y desmarques de ruptura por parte de mediapunta y último atacante. Solidez defensiva como pilar básico, sobre el que se sustenta el resto de posibilidades; contraataque, elaboración, juego interior, por banda.
Evidentemente todos estos conceptos del juego, viven de la calidad de un terreno que parezca más una alfombra, que un pasto de cabras. En primer lugar descartemos el césped artificial, por su exagerado bote, como ejemplo de calidad. El equipo ha demostrado su mejor versión, en campos de hierba natural bien moquetados.
La superficie del Morao, desde el lunes pasado, en fase de transformación, presentaba una tremenda dificultad para poder plasmar sobre el piso, el estilo fijado por Rivera. El año pasado también sucedió, y con la mirada hacia atrás, así sucesivamente todas las campañas. El Morao nace en Abril y muere en Octubre, lo que supone el antifútbol durante cinco largos meses. Un suelo irregular, descarta el fútbol preciosista, con sálida de balón desde atrás, trenzado, aquel que a todos nos enamora y que dificilmente podremos ver en 2ªB.
Jugadores como Manu, Emilio Rodríguez, Gervasio, Javi de la Rosa, Jonhy, Dioni, Fran Minaya, Jorge Pérez, Noel o Mauri son los principales perjudicados. Futbolistas con buen trato de balón, que no viven en las alturas, que rasean y cortan por momentos el suspiro del aficionado al ver la pelota demasiado tiempo, junto a los gorriones y las nubes.
La regeneración del Municipal Antonio Martínez, va a suponer un salto de calidad para la plantilla. La frustración del entrenador, que por momentos no puede ver plasmadas sus ideas por el bachado césped, podrá convertirse en satisfacción y feedback. La misma retroalimentación que debe producirse entre futbolistas, hierba y aficionados. El nuevo césped puede dar espectáculo y puede llenar aún más las gradas. Será una condición de la que también se aprovecharán los rivales, pero no importa, mejor ver a dos equipos jugando al fútbol, que a dos equipos al que a sus jugadores, solo les falten alas y superpoderes. En cualquier modo, el fútbol es el que sale ganando y eso es lo que nos contenta a todos, o a casi todos.
El equipo presenta un modelo de juego claro, alternancia entre un fútbol directo, perfilado con automatismos claros para segunda jugada y otro basado en el juego interior con desmarques de apoyo de interiores y desmarques de ruptura por parte de mediapunta y último atacante. Solidez defensiva como pilar básico, sobre el que se sustenta el resto de posibilidades; contraataque, elaboración, juego interior, por banda.
Evidentemente todos estos conceptos del juego, viven de la calidad de un terreno que parezca más una alfombra, que un pasto de cabras. En primer lugar descartemos el césped artificial, por su exagerado bote, como ejemplo de calidad. El equipo ha demostrado su mejor versión, en campos de hierba natural bien moquetados.
La superficie del Morao, desde el lunes pasado, en fase de transformación, presentaba una tremenda dificultad para poder plasmar sobre el piso, el estilo fijado por Rivera. El año pasado también sucedió, y con la mirada hacia atrás, así sucesivamente todas las campañas. El Morao nace en Abril y muere en Octubre, lo que supone el antifútbol durante cinco largos meses. Un suelo irregular, descarta el fútbol preciosista, con sálida de balón desde atrás, trenzado, aquel que a todos nos enamora y que dificilmente podremos ver en 2ªB.
Jugadores como Manu, Emilio Rodríguez, Gervasio, Javi de la Rosa, Jonhy, Dioni, Fran Minaya, Jorge Pérez, Noel o Mauri son los principales perjudicados. Futbolistas con buen trato de balón, que no viven en las alturas, que rasean y cortan por momentos el suspiro del aficionado al ver la pelota demasiado tiempo, junto a los gorriones y las nubes.
La regeneración del Municipal Antonio Martínez, va a suponer un salto de calidad para la plantilla. La frustración del entrenador, que por momentos no puede ver plasmadas sus ideas por el bachado césped, podrá convertirse en satisfacción y feedback. La misma retroalimentación que debe producirse entre futbolistas, hierba y aficionados. El nuevo césped puede dar espectáculo y puede llenar aún más las gradas. Será una condición de la que también se aprovecharán los rivales, pero no importa, mejor ver a dos equipos jugando al fútbol, que a dos equipos al que a sus jugadores, solo les falten alas y superpoderes. En cualquier modo, el fútbol es el que sale ganando y eso es lo que nos contenta a todos, o a casi todos.
1 comentario:
KE WENISIMO PIPA!!!!eres una makina --Juanjo--
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