"Seguir multitud de jugadores jóvenes por todo el mundo y luego ficharlos". Así resumen desde dentro del Udinese la filosofía que le ha llevado a ser el equipo con más futbolistas del mundo. Y es que ningún otro conjunto puede presumir, como lo hace el rival del Atlético, de contar con un plantel de ¡100 jugadores!
Evidentemente el vestuario que gobierna desde la temporada pasada Francesco Guidolin sólo dispone de 25 futbolistas, los permitidos por el reglamento. Pero lo novedoso de su forma de trabajar está, además de en la multitud de cedidos que tiene repartidos por varios campeonatos, en los jugadores compartidos con otros clubes. Clubes que, como el Siena en Italia o el Granada en España, forman a sus futbolistas para recuperarlos una vez que el equipo de los Pozzo decide que están preparados para dar el salto al Udinese.
La clave del modelo está en las plusvalías millonarias que generan fichando a jugadores desconocidos para luego formarlos y venderlos a precio de oro. El último caso ha sido el de Alexis Sánchez, vendido al Barcelona por 40 millones de euros cuando costó 4,5 a los 16 años. Los siguientes, apuntan desde Italia, serán el chileno Mauricio Isla y Gabriel Torje.
Junto al director deportivo Fabrizio Larini y su ayudante Andrea Carnevale trabaja una tupida red de 35 ojeadores -30 de base repartidos por el mundo y cinco que son el grupo selecto, que filtran y deciden las adquisiciones-. Su servicio de scouting es único en Europa. Poseen ojos en todo el mundo para adelantarse al mercado y no tener que competir con los equipos de mayor presupuesto.
Entre estos ojeadores destaca la presencia de los españoles Pepe Bonet o Rafa Monfort. El primero trabajó en el Mallorca en la época en la que los bermellones se nutrieron de jugadores como Valerón, Eto'o, Tristán, Luque y Marcelino.
El modelo, que está inspirando a otros clubes italianos a guardarse la chequera, se fundamenta en la gran inversión en jugadores jóvenes: "Esta filosofía tiene un nivel de riesgo muy importante. De 10 sale uno. Hay que saber aceptar los fallos para luego disfrutar del éxito. En el último Mundial había 10 jugadores del Udinese y ocho que se habían formado y habían debutado en nuestro equipo", comenta Gino Pozzo a este diario.
Todos reciben atención personalizada para que su nuevo entorno no les sea extraño: "Todos los chavales tienen un profesor de italiano. Existen grandes posibilidades económicas, gracias a los ingresos por televisión", aseguran desde el propio Udinese.
Compartir jugadores es la tónica habitual. Casos como el de Ricardo Chará, compartido con el Émpoli, Formiconi, con el Grosetto, o D'Agostino, con el Siena, son la opción del Udinese para ampliar su red de futbolistas. En algunos casos se llega a compartir con dos equipos, como sucede con Gabrielle Angella con Siena y Émpoli.
Otra opción es fichar jugadores y dejarlos en sus clubes de origen. Lo han hecho con Miguel Medina, delantero de 18 años que golea en el Independiente paraguayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario