miércoles, 11 de junio de 2008

Sombras para el sol de Antequera


Domingo 8 de Junio, la gran cita, el acontecimiento del día, del mes y puede que del año en el pueblo caravaqueño. La charanga va hipnotizando a la masa, como si del flautista de Hamelin se tratara. Ya hemos vencido al gigante asturiano, y la espina canaria empieza a olvidarse, un rival distinto pero no diferente espera en el campo. A partir de este momento comienza a crearse en la mente de cada aficionado un particular modo de vivir el partido. Desde el abuelo que no iba al fútbol desde la época de los uruguayos, hasta el joven seguidor que con la alegría de unos cubatas anima junto a sus amiguetes al equipo hasta dejarse la garganta.

Entre las numerosas maneras que existen de apreciar un partido, fuera de forofismos, protestas y bostezos, está la que yo conozco, la mía. Nunca he entendido a esas personas que van a un campo de fútbol a lanzar ladridos. Yo prefiero ver el partido callado,atento, y poner atención desde el momento en el que veo a los jugadores en el campo, observar sus demarcaciones, ver el sistema de juego y esperar al sonido del silbato. Una vez iniciado el partido, solo queda esperar como decía Menotti, ese margen de 10 minutos, que como en una película, te muestra el argumento de lo que se prevee va a ser el resto del guión.

Eso sucedió el domingo pasado frente al equipo malagueño, el Caravaca temporizaba, marcaba el ritmo del partido, Gurtubai y San José se sorprenderían de la escasa presión rival, y sobre todo a que altura del campo la manifestaba. Vilaseca y Pelusa recibian sin tener practicamente presencia defensiva. Pero a partir de mitad de campo, Pineda comenzaba a morder, provocando pases horizontales a banda, esteriles y sin aparente peligro. Una vez los actores obervan como suceden los acontecimientos, deciden cambiar el guión, obligados por el repliegue intensivo de los andaluces. Los laterales Atila y Manu comienzan a abrir un poco más el campo, Josevi y Juanmi empiezan a aparecer, y el inicio del juego se vuelve fluido y en las ocasiones en que se decide hacerlo utilizando desplazamiento en largo, los argumentos ofensivos del equipo garantizan un abanico de posibilidades mucho más extenso. El partido fue una repetición de esos 10 primeros minutos, hasta llegar a ser previsible y en ocasiones aburrido.

El técnico visitante José Carlos Tello, para sorpresa de muchos dejo en el banquillo a Ruíz y Oscar, dos de los jugadores más importantes de los blanquiverdes. El primero autor de uno de los goles del anterior partido frente al Narón, protagonista en las acciones a balón parado y uno de los jugadores de más calidad del equipo. El segundo es el crack de los malagueños, 18 goles en liga y 2 en esta fase de ascenso, ambos conseguidos también en el partido anterior. En su lugar jugadon Santi Eslava y Morente, futbolistas de corte más defensivo. El planteamiento por tanto estaba claro. Solidez defensiva basada en un repliegue intensivo en mitad de campo. Para ello una línea de 4 hombres, con un pivote defensivo (Chenchu) que de ser italiano, jugaría en la Italia de Donadoni, y no en lugar, sino al lado de Gattuso. Los Flores y Pepelu sabian lo que les esperaba la tarde, trabajo defensivo y juego directo buscando a Robinson. Seguro que motivados con la idea de conseguir un 0-0 y disfrutar un poquito más en la vuelta, como Ruíz y Oscar lo hacian desde el banquillo. El Caravaca lo intentó, pero ante un esquema defensivo tan ordenado por parte de los antequeranos, el gol hasta por momentos parecía un imposible. Empate y con el susto para casa.

El partido de vuelta se presenta como un encuentro totalmente distinto, la entrada de Ruíz y Oscar dará mucha más vertiente ofensiva y alegrará el juego de Flores y Pepelu en la creación. Veremos a un Antequera, por un lado con un sistema de juego semejante al de la ida, 1-4-1-4-1, pero con mayores posibilidades en cuanto a movimientos y automatismos. Como vimos en la ida, los andaluces presentaban dos bloques, uno defensivo, formado por Lara, Cometri, Tete, Rios, Richard, Chenchu, Santi Eslava y Morente, y uno ofensivo compuesto por Flores, Pepelu y Pineda. Para este choque de vuelta, observaremos dos bloques distintos, el formado por Lara,Comitre, Tete, Ríos,Richard y Chenchu en defensa y Flores,Pepelu,Oscar, Ruíz y Pineda en ataque.

Esta condición a pesar de parecer más peligrosa para el Caravaca, es todo lo contrario. Atila y Manu tendrán que guardar más su zona y estar pendientes de Oscar y Ruíz, pero Josevi y Juanmi en situaciones de contraataque se verán en más de una ocasión a solas con los laterales contrarios. Las posibles subidas de los mediocentros malagueños como segunda línea de ataque, provocarán un mayor esfuerzo defensivo por parte de Vilaseca, pero Pelusa disfrutará de una mayor cantidad de espacios, y en este punto, para mí, está la clave del partido. El muleño el domingo tendrá situaciones en las que recibirá pelota en mitad de campo, con Pepelu y Flores superados (el primero seguro), en ese momento, tanto Juanmi,Josevi,Elias y Parches (Petu) deberán realizar movimientos de desmarque, bien para recibir, o bien para posibilitar en Pelusa una mayor conducción del balón (en este punto es clave rebasar a Chenchu). Creo que este tipo de acciones se van a repetir en numerosas ocasiones a lo largo del partido, y el gran potencial ofensivo, sobre todo basado en el contraataque, demostrado por los caravaqueños garantiza un buen resultado. El peligro del Antequera vendrá principalmente de jugadas de estrategia, en donde realizan una gran cantidad de variantes. La verticalidad de Oscar, y la calidad de Ruíz y Flores a balón parado serán junto a la insistencia de Pineda las amenazas a tener en cuenta por los nuestros.

Pase lo que pase el domingo, el Caravaca habrá realizado una de las mejores campañas de su historia.

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