Las labores de un técnico son diversas y muy variadas. Entre todas las tareas y funciones tácticas y de formación, hay cuatro grandes asuntos que un entrenador debe tener presentes: la mejora física de los jugadores, el perfeccionamiento técnico, la organización táctica del equipo y el aspecto emocional. La que produce más debate, más opinión y es más subjetiva, es, sin duda, la parte táctica. Los medios de comunicación hablan constantemente sobre si un equipo debe jugar con uno o dos puntas, con doble pivote o un solo mediocentro, si tiene que jugar con tres centrales o defensa de cuatro... Todos tenemos un técnico dentro y, por lo tanto, poseemos cierta razón al hablar sobre la táctica empleada por cualquier equipo.
Cada entrenador tiene su idea de juego; idea que trata de plasmar posteriormente en el campo. Ésta viene concebida por su formación teórico-práctica o por su experiencia. Una vez clara la idea, los jugadores con los que puede contar condicionan mucho el contenido y la forma de la táctica.
La elección de los mejores para cada puesto es, seguramente, lo más difícil. Las plantillas suelen estar confeccionadas por más de 20 elementos, normalmente 25. Y eso sin contar a los jóvenes del filial. Escoger sólo 11 resulta una ardua tarea. Por último, la coordinación de todos los elementos influyentes en un equipo y en un partido para que haya un buen funcionamiento colectivo, también es tarea del técnico. Así, uniendo todos estos conceptos, alcanzaríamos el ideal táctico, en el que todas las evoluciones en defensa y en ataque se puedan realizar para sorprender y contrarrestar al rival.
Elegir el sistema táctico de un equipo es tarea del entrenador, pero la flexibilidad táctica es un factor a tener muy en cuenta. La capacidad de reacción del entrenador permitirá que pueda cambiar de sistema durante el transcurso de los encuentros, según su desarrollo. Por lo tanto, saber lo que necesita tu equipo en cada momento y tener un conjunto capaz de asimilar estos cambios resulta básico y determina el éxito o el fracaso.
Aunque hoy en día parezca imposible, no debe ser una utopía pretender que en una escuadra ataquen todos y defiendan todos. Al contrario, ese debe ser el objetivo. Hay muchos ejemplos de equipos que marcaron época, como la Holanda de Cruyff, conjunto que puso de moda el denominado ‘fútbol-total’, resultando una evolución en el concepto de fútbol y un impulso extraordinario para el espectáculo. Actualmente, las tendencias futbolísticas parecen equidistantemente opuestas al período del ‘fútbol-total’.
Cada entrenador tiene su idea de juego; idea que trata de plasmar posteriormente en el campo. Ésta viene concebida por su formación teórico-práctica o por su experiencia. Una vez clara la idea, los jugadores con los que puede contar condicionan mucho el contenido y la forma de la táctica.
La elección de los mejores para cada puesto es, seguramente, lo más difícil. Las plantillas suelen estar confeccionadas por más de 20 elementos, normalmente 25. Y eso sin contar a los jóvenes del filial. Escoger sólo 11 resulta una ardua tarea. Por último, la coordinación de todos los elementos influyentes en un equipo y en un partido para que haya un buen funcionamiento colectivo, también es tarea del técnico. Así, uniendo todos estos conceptos, alcanzaríamos el ideal táctico, en el que todas las evoluciones en defensa y en ataque se puedan realizar para sorprender y contrarrestar al rival.
Elegir el sistema táctico de un equipo es tarea del entrenador, pero la flexibilidad táctica es un factor a tener muy en cuenta. La capacidad de reacción del entrenador permitirá que pueda cambiar de sistema durante el transcurso de los encuentros, según su desarrollo. Por lo tanto, saber lo que necesita tu equipo en cada momento y tener un conjunto capaz de asimilar estos cambios resulta básico y determina el éxito o el fracaso.
Aunque hoy en día parezca imposible, no debe ser una utopía pretender que en una escuadra ataquen todos y defiendan todos. Al contrario, ese debe ser el objetivo. Hay muchos ejemplos de equipos que marcaron época, como la Holanda de Cruyff, conjunto que puso de moda el denominado ‘fútbol-total’, resultando una evolución en el concepto de fútbol y un impulso extraordinario para el espectáculo. Actualmente, las tendencias futbolísticas parecen equidistantemente opuestas al período del ‘fútbol-total’.
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