lunes, 15 de septiembre de 2008

El trabajo en equipo

El fútbol es un deporte en el que participan 11 jugadores, por lo que debemos considerarlo como un deporte de conjunto, una actividad grupal. Por este simple y conciso motivo el conjunto deviene el elemento más trascendente en el éxito del equipo.

Cierto es que cuando un equipo está haciendo una buena temporada todo son elogios hacia los jugadores, entrenador y diferentes estamentos del club. Nadie se estaría fijando en ellos si no ocuparan uno de los puestos altos de la tabla.

Muchos son los factores que intervienen decisivamente en el buen funcionamiento de un grupo, en las variantes existentes para crear una ‘piña’. Entre todos ellos, hay uno que para mí es determinante: es básico que el técnico transmita unas normas, tanto de trabajo como de convivencia, para dejar claro las cosas que se pueden hacer y las que no; y que sucede en el caso de que estas directrices sean vulneradas. Estas normas deben ser respetadas diariamente por todos los miembros del club, pero especialmente por el entrenador. Si este predica con el ejemplo, todos tendrán las cosas claras, evitando conflictos innecesarios que resquebrajan el equilibrio del grupo. El respeto equipo-entrenador es una condición sine qua non para que lleguen los éxitos y se logren las metas.

El siguiente punto importante es tener claro el trabajo que el equipo debe realizar, siendo ésta una baza importantísima para el funcionamiento del equipo. Si sabes claramente lo que tu equipo debe hacer sobre el campo tienes gran parte del terreno ganado. Muchas veces el trabajo no está correspondido con los resultados, pero ese es el camino a seguir. El fútbol es caprichoso y en algunas ocasiones un mismo equipo con los mismos jugadores y el mismo entrenador, la temporada siguiente no consigue los mismos resultados haciendo lo mismo. Puede ser que los profesionales se acomoden a una forma de trabajo o sencillamente que la pelota no quiere entrar, pero con respeto y trabajo el grupo estará prácticamente formado y ese es un gran valor añadido.

En los momentos difíciles, situaciones que siempre aparecen a lo largo de una temporada, es donde realmente se demuestra si existe esa unión y esa fuerza del grupo. En los momentos buenos todos es sencillo y fácil, pero cuando todo está en contra tener al grupo unido es básico para salir de los puestos ‘calientes’ de la clasificación.

Por último, los factores restantes para un óptimo funcionamiento grupal son la humildad y tener una buena comunión con la afición. Un equipo que pierde de vista el trabajo diario, el sacrificio y el esfuerzo no puede llegar a triunfar. Es más si alguno de sus integrantes trata de ser especial y no realiza los mismos sacrificios que sus compañeros, el conjunto empezará a resquebrajarse a causa de los celos y los favoritismos. Todos deben ser uno y la modestia no se puede perder de vista. En cuanto a la afición, tenerla de tu parte, aunque los resultados no sean los mejores, te ayuda a estar más tranquilo y a notar menos la presión. Si en encuentros donde las cosas no te están saliendo bien recibes el apoyo del público, las fuerzas se multiplican y el grupo se fortalece. Por eso podemos considerar a la afición como un integrante más del conjunto, el llamado número ‘12’.

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