jueves, 30 de octubre de 2008

José Mourinho: Otro mundo


Si pensamos en la norma de entrenar, fácilmente nosotros apercibimos las preocupaciones que orientan las primeras semanas de trabajo de un equipo. Se intenta elevar los índices de condición física para que se pueda sustentar, después, el “trabajo táctico”.

Largos períodos de carrera continua, muchas veces en espacios como la playa o el bosque, entrenamiento con intervalos, entrenamiento en circuito, entrenamiento por estaciones, rampas, barreras (obstáculos), gimnasio, etc., marcan el trabajo diario de los equipos en este período dicho preparatorio o fundamental. Este trabajo busca el desenvolvimiento general que tradicionalmente se reconoce como indispensable -es visto como los cimientos o la base de lo que viene a seguir-, algunas veces con la presencia del balón para engañar (y ¿ser autoengañado?), pero donde el gran objetivo es siempre el mismo: correr x tiempo o hacer x repeticiones.

Como sus preocupaciones son otras, Mourinho sigue un modelo de pensamiento distinto:

"Para mí, las prioridades son otras. Como no me canso de repetir, lo más importante en un equipo es tener un modelo de juego, un conjunto de principios que proporcionen organización al equipo. Por eso, mi atención se centra ahí desde el primer día. Las semanas preparatorias inciden, de forma sistemática, en la organización táctica, siempre con el objetivo de estructurar y elevar el desempeño colectivo. Las preocupaciones técnicas, físicas y psicológicas (como la concentración, por ejemplo) surgen por arrastramiento y como consecuencia de la especificidad de nuestro modelo de operacionalización. Al trabajar nosotros la vertiente táctica en unas condiciones próximas a las que deseamos para la competición, esto es, próximas de aquello que pretendemos para nuestro juego, estamos desenvolviendo la vertiente física en la especifidad que ella realmente tiene. Por ejemplo, en vez de desarrollar la “fuerza” de una forma aislada o descontextualizada, lo hacemos a través de ejercicios con determinadas características, jugando con el espacio, el tiempo, el número de jugadores y las reglas que les imponemos".

"De esta forma, estamos sin duda desarrollando algo relacionado con la “fuerza”, pero en un contexto mucho más específico. Un ejercicio tácticotécnico en el que existen al mismo tiempo muchos saltos, muchas paradas, muchas caídas y muchos cambios de dirección, es mucho más importante que otro donde se trabaja la “fuerza” de forma aislada o descontextualizada.
Ahora lo difícil de todo esto es conseguir operacionalizar lo que queremos, es conseguir crear ejercicios que engloben todas las vertientes, sin olvidar nunca nuestra primera preocupación: potenciar un determinado principio de juego".

En suma, según este modo de pensar el entrenar, el dicho período preparatorio o fundamental sólo lo es porque viene antes del período competitivo. En efecto, en este período hay ya la necesidad de que existan partidos, no exclusivamente para verificar el nivel que se tiene, sino también como parte fundamental del patrón semanal -porque aquel que va a ser el patrón semanal durante el período competitivo debe comenzar a serlo luego desde el inicio-.

¿Por qué se le llama, entonces, período preparatorio o fundamental?¿Tendrá algo fundamental o especial con respecto al período siguiente? No. Sólo es fundamental para los primeros partidos. Y, en esta perspectiva, es tanto menos fundamental en cuanto más tenga de aquello que, tradicionalmente, se dice que debe tener.

"Mis preocupaciones diarias se dirigen a la operacionalización de nuestro modelo de juego. No en tanto, la estructuración de la sesión de entrenamiento y de lo qué hacer cada día no está sólo relacionada con los objetivos tácticos, sino también con el “régimen físico” a privilegiar, en la medida en que debo tener en cuenta, por ejemplo, los aspectos de la recuperación, particularmente respecto a la proximidad o no del partido anterior y del próximo. Por tanto, un día el trabajo táctico-técnico incide más sobre la recuperación del último partido, otro día sobre lo que yo llamo para simplificar “fuerza técnica” y así sucesivamente".

"Al privilegiar la vertiente táctica, por tanto, la organización que pretendo, estoy privilegiando todas las restantes componentes del rendimiento, pues es por necesidad de lo “táctico” que surgen todas las restantes. Es a partir del trabajo táctico, de la operacionalización de mi modelo de juego, que voy a conseguir una adaptación específica en los restantes componentes. Si nuestro “táctico” es singular, todo lo que de él se deriva lo es también. Por eso es que yo digo que no creo en equipos bien o mal preparados físicamente, sino en equipos identificados o no con una determinada matriz de juego, adaptadas o no a una determinada forma de jugar. Porque la adaptación fisiológica es siempre específica, singular, de acuerdo con esa forma de jugar".

"Juzgo que es importante definir la imagen que quiero dar cuando hablo de “fuerza”, “resistencia” y “velocidad” en el fútbol. Los conceptos tradicionales que podemos encontrar en los libros sobre metodología de entrenamiento son generales y están muy lejos de lo que yo pienso que deben ser. Yo no perspectivo a la “fuerza”, “resistencia” y “velocidad” desde un punto de vista cuantitativo, sino contextualizadas a aquello que es el fútbol y, fundamentalmente, a nuestra forma de jugar".

Fragmentos del libro "Mourinho ¿ Por qué tantas victorias?", toda una obra de arte para los amantes de este deporte, que recomiendo especialmente.

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