Así señores, el tomate no sale maduro

¿Por qué en Caravaca no existe una cultura por el fútbol?. ¿Por qué no hay una estructura visible entre el primer equipo y el resto de las bases?. ¿Por qué ninguna persona vela por la proyección de nuestros jóvenes jugadores?. ¿Por qué no dispone la "capital del noroeste" de instalaciones y material acorde a lo que se merece?. Porque, porque, porque.

Son tantas las preguntas que me hago al respecto, que sus respuestas no caben en este diminuto artículo. Da envidia saber que en Inglaterra, los clubes homólogos a nuestro equipo de Tercera, rebosan las gradas de sus estadios, con entradas que oscilan entre los 1.000 y 5.000 espectadores (dependiendo del número de población, en algunos casos más). Primero va el equipo del pueblo, y después ser del Arsenal, del Manchester o del Chelsea (El sábado se juega la Premier y el domingo es el día sagrado para los fieles seguidores locales). Todos ellos están bien estructurados, con un modelo deportivo y una filosofía clara, transmitida absolutamente a todos los equipos de bases. Con webs oficiales, imagen corporativa, departamento de marketing; y repito, clubes homólogos a nuestro equipo de Tercera.

En nuestra localidad existen tres entidades, totalmente separadas entre sí y con un vínculo prácticamente inexistente. A.D Caravaca (Prebenjamín, benjamín, alevín e infantil), Peña Madridista de Caravaca (Cadete, Juvenil "A" y Juvenil "B") y Caravaca 2010 Año Jubilar CF.

No existe patrón, ni objetivos, ni imagen, ni organigrama, ni valores comunes. Cada barco tiene su capitán, a pesar de que los tres navegan por las mismas aguas. Creo que futbolísticamente estamos a años luz, no ya del modelo británico, sino del que utilizan muchas poblaciones españolas que han apostado por trabajar este deporte de una manera pseudoprofesional. ¿Su coste?, ridículo. Ridículo si pensamos que estamos invirtiendo en nuestros niñ@s, para formarlos como personas y también como futbolistas. En esta rueda todos salen ganando. Desde el padre satisfecho de que su hijo empiece con 5 años a dar sus primeras lecciones, al entrenador del primer equipo que agradecerá disponer de jóvenes talentosos y bien formados desde precoces. Lógicamente pasar por las tres entidades (solo unos pocos) acaba por desorientar al joven futbolista. Cada entidad tiene sus propios intereses, su propio escudo, sus colores, su manera de instruir. Así señores, el tomate no sale maduro.

Caravaca hoy en día reune a un grupo de futbolistas, poco menos que interesantes, desde el punto de vista aptitudinal. Pasan el rato entrenando, sin ser plenamente conscientes de que reunen condiciones suficientes para ganarse las habichuelas dando patadas a un balón. Algunos de ellos totalmente aptos, no ya para formar parte del primer equipo, sino para defender a la Selección Murciana, o recalar en algún filial, que salga al rescate de las redes de "La Zona". ¿Pero el problema es quien va a encargarse de apadrinarlos?. ¿Quién realiza informes de ellos, para entregarlos al staff técnico del primer equipo y que tengan validez?, ¿Quién va a hacer esa llamada de teléfono al seleccionador territorial o al ojeador del Villareal?. De momento nadie, y no creo que se invierta en eso.

Este artículo quizás me provoque algún tirón de orejas, pero creo que es algo que se debe de "denunciar", para que los responsables de las tres entidades se replanteen una nueva vía, por un trabajo coordinado y con expectativas de futuro. Caravaca debe de tener un equipo en 2ªB, pero tambíen un equipo juvenil en División de Honor. Que el niño de 5 años defienda la misma camiseta que la del delantero del primer equipo, entrene con la misma vestimenta, y se le forme para alcanzar un nivel alto, no dejando las cosas pasar y utilizando pachangas como recurso en la sesión de entrenamiento. Debería ser obligación por parte de la Dirección Deportiva del primer equipo, tener un conocimiento exhaustivo de los jugadores que componen las bases (al menos el primer equipo juvenil).

De seguir por el mismo camino, Caravaca nunca evolucionará futbolísticamente, y seguiremos viendo las gradas vacias y pasar a niños que enamoran con una pelota y que acaban sosteniendo en una mano un cigarrillo y en la otra un cubata.