viernes, 18 de diciembre de 2009

No hay mejor inversión que la cantera


Hoy Alfredo Relaño en su columna diaria escribe:

Miro la alineación del Barça ante el Atlante, semifinal del Mundialito, y cuento hasta seis canteranos: Víctor Valdés, Puyol, Xavi, Sergi, Pedro e Iniesta. Sobre la marcha salieron tres más: Piqué, Messi y Bojan, así que en el partido intervinieron nueve canteranos. Los tres goles los marcaron ellos: Sergi, Messi y Pedro, éste último completando su espléndida colección de goles en todas las competiciones en que está tomando parte este año. Dentro de las excelencias de este Barça, la que me parece más llamativa es ese protagonismo tan espectacular de la Massía, el gran centro de formación de jugadores del club.

Hay algo de suerte en eso también. Uno de los canteranos es incluso Balón de Oro, y eso no se fabrica: nace; en su caso, además, nació fuera y llegó casi como un niño medio enfermo, pero en la Massía dieron con la tecla en su caso. También es una casualidad afortunada que se junten en el tiempo Xavi e Iniesta, distantes en edad, pero no tanto como para no poder jugar unos cuantos años juntos. La suerte existe, sí, pero hay que salir a buscarla cada mañana con un azadón, antes de que amanezca. La suerte es para los que trabajan, para los que, como Picasso, esperan a las musas delante del cuadro, pincel en mano.

En distintas ocasiones he hablado en este blog (ver "Duelo de titanes en la Liga" o "¿Quién ganará el Barça-Madrid?") que la gran diferencia del FC Barcelona es que no sólo es un equipo, sino un equipo construido sobre bases muy sólidas. ¿Cuáles son esas bases? Precisamente la cantera. Como alguna vez hemos apuntado hay cosas que no se pueden comprar con dinero, y una de ellas es el orgullo de pertenencia y el cariño por una camiseta y una entidad que, desde que era niño, te preparaba la comida, te lavaba la ropa, te proveía educación, etc.

Cuando un jugador de la cantera llega al primer equipo lo que siente es indescriptible y está dispuesto a todo por defender esa camiseta, algo que es difícil de experimentar si no se ha mamado desde abajo. Imaginaros cuando son muchos los canteranos (en la final de Champions en Roma el pasado mayo había 7 que eran titulares) los que saltan al césped. Resultado: equipazo.

En cierta ocasión, Emilio Butragueño decía: “Además del ahorro en fichajes, la cantera ofrece la ventaja de la identificación de esos jugadores con los valores y cultura del club –con el compromiso que ello conlleva– lo que es mucho más difícil cuando un jugador viene de fuera. Los profesionales que juegan en el equipo que les ha formado se entregan por completo en el campo” (Expansión, 14 marzo de 2003, p. 21).

También Alfredo Di Stéfano, Presidente de Honor del Real Madrid, aseguraba: “Los equipos grandes no son sólo los que ganan, sino los que son capaces de crear sus propios futbolistas”. Y añadía: “Cuando el semillero es bueno, puedes hacer un equipo y es lo mejor. Luego, lo que te falta, lo apuntalas si acaso con algún fichaje bueno y escogido, pero sólo lo que te hace falta. Fichar por fichar no hace un equipo, mueve dinero, pero eso no hace un equipo”.

¿La clave? Inversión y paciencia, y como escribimos otra vez aquí: "El Real Madrid se lleva mal con la paciencia".

http://fenomenodefenomenos.blogspot.com

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