sábado, 22 de noviembre de 2008

Si eres constante, tienes premio

Manolo Jiménez tiene claro que la plantilla del Sevilla está formada por los profesionales del primer equipo y también por muchos hombres que han estado con él en el filial durante los últimos años. El primero en incorporarse fue Crespo y ahora le llega el turno a Lolo, un futbolista maduro a sus 23 años, que se convertía en la principal novedad para el desplazamiento a Bucarest y que podría debutar incluso como titular a raíz de la ausencia de Boulahrouz por sus problemas en los adductores.

Lolo, sin embargo, no es un novato. Ya estuvo en la pretemporada del primer equipo nada más y nada menos que en tres ocasiones durante la etapa de Joaquín Caparrós como entrenador del mismo. Fue un caso parecido a los protagonizados por Cantos y por Vera, éste ya en la primera campaña de Juande Ramos al frente de la plantilla. Eran medios centro que despuntaban como juveniles y que impresionaban a los enviados especiales de los diferentes medios de comunicación a esas concentraciones de pretemporada.

Pero ese fulgor duraba poco, después casi pasaban al olvido, ni siquiera tenían oportunidades de jugar en el filial y en los tres casos tuvieron serias dificultades. Los tiempos de Cantos como promesa hace mucho que pasaron, Lolo tuvo que reciclarse a la posición de defensa central y Vera no ha tenido muchas ocasiones de jugar en el presente ejercicio en el filial después de un año de cesión incluso en el Mérida.

La presencia de Lolo entre los expedicionarios a Bucarest es el triunfo de la paciencia, por tanto, pues son ya muchos los años transcurridos desde aquella primera experiencia en Isla Canela. "Ahora llevo varios años preparándome en el filial para dar el salto y ha llegado el momento. Yo era consciente de que todavía era bastante joven y era muy difícil, fue una bonita experiencia contar para Caparrós en esa pretemporada, pero sabía que tenía que mejorar mucho. Al final, en otra demarcación parece que el míster va a contar conmigo", reflexiona con tranquilidad ahora.

Ésa ha sido una de las claves de su carrera, el día en el que Jiménez decidió retrasar a Lolo varios metros para que se convirtiera en de las piezas clave del filial. El propio futbolista lo admite: "Es una posición muy diferente y sí es verdad que se tiene más presión, porque no es lo mismo jugar de central que de medio centro. En estos tres años que llevo de central me he encontrado muy bien y ahora me ha llegado mi oportunidad gracias a ello". Lolo recuerda las razones de ese cambio. "En el segundo año tuve una lesión de pubis y eso me impidió trabajar con normalidad. Jugué poco, porque estaban Bezares y Pablo Ruiz como medios centro y ya me metieron como central", apunta el onubense.

La figura de Jiménez se convirtió en fundamental para la carrera de Lolo, entre otras cosas porque fue él quien impidió su marcha a algunos de los equipos que estuvieron interesados en sus servicios. "No tenía el pensamiento de marcharme, tuve varias ocasiones, pero el míster siempre confío en mí y me animaba para que siguiera trabajando en el filial. Él siempre me dio muchas esperanzas y tuvo la confianza puesta en mí. La verdad es que se agradece todo el trato que ha tenido conmigo", confiesa el central de Bollullos de la Mitación.

La última curiosidad de este estreno de Lolo como miembro de pleno derecho de la primera plantilla pudo tener que ver con el dorsal. Un error burocrático de la UEFA le asignaba hasta hace dos semanas el 16, el número que tenía asignado su ex compañero del filial Puerta y que fue retirado por el Sevilla tras su triste fallecimiento. "Menos mal que se solucionó. No me hubiera gustado porque era un número para Puerta, al final se arregló gracias a Dios y podré jugar con otro dorsal diferente".

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