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lunes, 11 de noviembre de 2013

La periodización táctica en el fútbol base

Los entrenadores que buscamos crecer somos una especie de científicos en constante evolución buscando métodos, revistas, tesis, documentos e información para conseguir la mayor calidad en nuestros entrenamientos y en la preparación de los futbolistas. El camino que se marca cada uno tiene varias vías, destino desconocido y áreas de servicio cada pocos kilómetros. Y como siempre, en esas paradas y en esa ruta hay caminos mejores, peores, paradas de más calidad y de menos, pero siempre, diferentes.
Muchos colegas se excusan en la edad de sus jugadores para quitarse trabajo y responsabilidades: “Es demasiado pronto para ofrecerles información sobre rivales”“no hay que entrenar como jugamos porque necesitan conocer más tipos de fútbol…”. Yo, sin embargo, sí creo en una periodización táctica adaptada a la edad de los jugadores respetando determinados principios metodológicos que no harán que el jugador crezca en un determinado hábitat renunciando a los demás, sino que aumentará su cultura táctica y le hará mejor jugador. En definitiva, ¡le preparará para el juego!
Además, aquellos que argumentan que la periodización táctica es incorrecta a esas edades porque si juegan bajo un contexto cerrado no estarán preparados para jugar en otros suelen ser entrenadores cuyas sesiones se alejan del juego y, por tanto, ni dominan un modelo ni dominan el resto. Además, ¿desde cuándo los contextos son cerrados? En fútbol, no.
La Periodización Táctica en el fútbol base hay que aplicarla desde una dimensión táctica (la periodización táctica real es más compleja pero está adaptada a la fisiología de jugadores que no están en edad de formación).
Siempre que llegamos a un club tenemos que cumplir determinados objetivos, ¡también en términos de resultados! No debemos crear jugadores perdedores, personas a las que no les importe el resultado, porque el fútbol es competición, porque sus actitudes y predisposición también influyen en su formación y evolución y porque en la base debemos, también, preparar al jugador para aquello a lo que un día querrá dedicarse. Pero entre nuestros objetivos prioritarios estará conocer aquello que es la naturaleza de juego de nuestros futbolistas para empezar a recorrer un camino no lineal que favorezca a nuestra plantilla adquiriendo los principios de juego que más puedan dominar y a partir de los que más pueden crecer.
Los principios metodológicos que deberemos respetar serán, en primer lugar –aunque es imposible disociarlos completamente–, el principio de complejidad, teniendo en cuenta el nivel y la edad de nuestros jugadores. La complejidad de las tareas deberá adaptarse a los jugadores con los que contamos, empezando de menos a más pero sabiendo que la evolución no es lineal, que un día puede ser menos, otro más y luego otra vez menos según el rendimiento y la capacidad de asimilación de nuestros chicos.
Luego, hay que tener en cuenta el principio de alternancia horizontal, entendido desde una dimensión táctica, claro. Esto es, cada día, unas prioridades en los diferentes planos del juego. Sin entrar en la dimensión física, a nivel táctico muchos entrenadores caen en el error de entrenar el juego con miedo a empobrecerlo, de forma que sus entrenamientos son partidos de 8×8, 7×7, 9×9, incluso 11×11… ¡Ok, eso está muy bien y es muy necesario! Pero entrenando así hay determinadas facultades de nuestros jugadores que no vamos a explotar. Por eso, debemos tener en cuenta el plano macromeso y micro y entrenar en contextos colectivos, con gran número y espacio, pero también en espacios por sectores y sin olvidar el plano individual. Las microsociedades que se forman entre dos jugadores, la mejora en el desborde de un extremo, el conocimiento de las particularidades de un determinado jugador… ¡todo esto hará más rico nuestro modelo de juego!
En ese sentido, es indispensable el principio de las propensiones, manipulando las tareas de forma que se dé muchas veces aquello que queremos trabajar o sobre lo que queremos incidir. Crear contextos manejando espacio, tiempo, número, condiciones, etc., en la que los jugadores descubran aquello que queremos manejar. Crear unos automatismos no mecánicosque pasen al inconsciente de nuestros jugadores mediante la repetición sistemática, ¡pero de contextos, no de acciones descontextualizadas!
Respetando estos principios y a nuestros jugadores –con las particularidades de su edad, el proceso de formación, características, nivel, etc.– conseguiremos un método basado en el jugar, respetando la toma de decisión, sin coartar la creatividad de los chicos y generando una organización y un sentido colectivo que les hará crecer disfrutando y trabajando.
* Francisco Ruiz Beltrán es entrenador. Autor del libro “Filosofía y manual de un entrenador de fútbol” (Wanceulen Editorial).

lunes, 20 de agosto de 2012

El triángulo en el fútbol


Para comenzar este desafío aclararemos que todo esto está relacionado con el balón y su conservación infinita jugando al fútbol, que es la manera en la que entendemos y vivimos este precioso juego, para ello hay una figura geométrica fundamental que es el triángulo.

¿Por qué? Porque posibilita el avanzar dentro del juego de posición, jugando con el tercer hombre y creando mayoría de jugadores propios a la espalda de la línea que presiona al poseedor de la pelota. Da igual si el triángulo es escaleno, equilátero o isósceles, lo importante es formarlo y ofertarle al poseedor del balón dos opciones de pase. Pero ojo, estos pases no son dados porque si, sino para juntar rivales y generar superioridad. 

Se facilita también la retención de la pelota si quien la tiene se siente presionado, además si se pierde la pelota en el intento de avanzar líneas, siempre habrá un jugador por detrás de la línea de la pelota, puesto que los triángulos te ayudan a conservar la posición. 

Este juego de posición cumple algunas premisas fundamentales tanto futbolísticas como geométricas, así que estacaremos algunas. Fundamental el concepto de amplitud para la aparición de pasillos interiores (atención laterales y extremos). 

Los jugadores estarán dispuestos en diferentes alturas para crear líneas de pase, esencial para la salida de la pelota, principio fundamental del juego de posición, porque se busca generar superioridad desde el fondo. Los laterales han de superar la espalda de los interiores pero a su vez no deben montarse. En ella los centrales deberán separarse mucho y el medio centro que viene a ayudar en la salida moverse lateralmente al central poseedor del cuero. En él los interiores juegan un papel fundamental, separándose de su rival y atacando espaldas de los rivales, no yendo nunca a quitar la pelota a sus compañeros, porque eso atrae rivales, especialmente ellos dominan cuando pasar y cuando conducir, para atraer rivales y provocar fijaciones.


"Si en tu sistema hay matemáticamente más triángulos, el mismo se hace más fácil porque los jugadores sin pensar ya están en posición. El campo no quedará tan grande y habrá siempre más espacios. Por eso los otros sistemas no son tan buenos para la circulación del balón", sostiene Van Gaal, argumentándonos además porque todo el juego se puede basar en esta figura geométrica.

miércoles, 19 de agosto de 2009

LA POSESION DEL BALON : CATALOGO DE TAREAS

El fútbol, cuando es estudiado, presenta un algoritmo muy sencillo. El primer objetivo del juego es poseer el balón para posteriormente transportarlo cerca de la portería contraria y crear las condiciones para que uno de los componentes del equipo golpee el balón entre la portería. Por ello, la primera parte de este algoritmo, la posesión, es un factor determinante en el juego. Algunos autores caracterizan la posesión desde la óptica de la seguridad. Es decir, cuando el equipo no tiene condiciones favorables para atacar, mantiene la posesión del balón en espera de mejores condiciones.

Por todo ello, la posesión del balón conlleva al jugador y al equipo direccionar la resolución de diferentes objetivos:

1º. Concretizar las cambiantes situaciones del juego, desde el ámbito de la seguridad/riesgo, para conseguir transportar el balón hacia la portería contraria.
2º. Poseer el balón para romper el ritmo defensivo del equipo contrario.
3º. Poseer el balón para mantener la iniciativa en el juego.

El diseño de las tareas de entrenamiento para la mejora de la posesión del balón se debe de construir con el objetivo de que el equipo y los jugadores desarrollen las posibilidades que brinda en el juego la posesión del balón:

A.Control del ritmo del juego y la ocupación del espacio
B.Incrementar la circulación del balón entre los jugadores, lo que conlleva un aumento de las posibilidades tácticas en el ataque
C.Equilibra al equipo en la posesión del balón. Jugadores en el centro de juego y jugadores lejos del centro de juego.
D.Mejora de las lecturas del juego. El jugador aprende a poseer el balón para realizar un ataque posicional, poseer para hacer un contraataque o poseer para temporizar en el juego.
E.Desequilibra al equipo contrario. El equipo que tarda en poseer el balón se desorganiza y esto provoca una crisis táctica temporal.

ORGANIZACIÓN PRACTICA DE LAS TAREAS DE ENTRENAMIENTO

Cuando el referente conceptual de la posesión del balón se lleva a la metodología practica se necesita desarrollar una taxonomía de las tareas en función de diferentes criterios lógicos. A partir del mas relevante que es el de la especificidad, podemos decir que las tareas de posesión de balón son semiespecicificas, es decir, son ejercicios especiales, con una transferencia directa sobre el rendimiento. Las tareas son semiespecificas porque no contienen todos los elementos de la competición real. Por todo ello, podemos distinguir varios tipos de tareas de posesión de balón: tareas en espacios de juego reducido y en espacios reglamentarios.

EJERCICIOS DE MANTENIMIENTO DE LA POSESION DEL BALON EN ESPACIOS DE JUEGO REDUCIDOS EN SUPERIORIDAD NUMERICA

Las tareas de entrenamiento en espacios reducidos se pueden clasificar en diferentes situaciones como se puede observar en el grafico 1. Otro aspecto determinante de las tareas es la intensidad del esfuerzo. Las posesiones del balón pueden tener una intensidad máxima cuando queremos mejorar la potencia aeróbica o mínima cuando desarrollamos un entrenamiento de recuperación postpartido. Determinar los elementos que intensifican o rebajan la intensidad es un factor importante en el control de la dinámica de las cargas del microciclo de entrenamiento. En el grafico 2 se expone la rueda de las variables que podemos utilizar para modificar los parámetros de las tareas de entrenamiento en la posesión del balón.

A partir del control de la tarea se pueden modificar algunos parámetros (toques sobre el balón, espacios más grandes, menos jugadores, etc) que van a permitir mantener los objetivos de la posesión, pero intensificar o rebajar la intensidad del esfuerzo fisiológico de los jugadores.

Las situaciones de entrenamiento que nos permite la variable superioridad numérica, nos permite agrupar las tareas en diferentes tipos.

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